No es ningún secreto que los Intel Core 13 serán los últimos chips construidos en una pieza de la compañía, dado que, a partir de la decimocuarta generación, bautizada como Meteor Lake, darán el salto a lo que llamamos chips disgregados, donde la funcionalidad de un solo chip se separa en varios distintos. Los motivos de ello los hemos explicado por activa y por pasiva, sin embargo, nos podríamos encontrar que esto llevará a la desaparición de los procesadores para escritorio, aunque no todas, si de algunos modelos.
La gran ventaja que tiene los llamados Tiles o Chiplets, dependiendo de una marca reciben un nombre u otro, es que permiten reciclar piezas de un diseño a otro, en vez de hacer un chip desde cero al completo. Esto se traduce en que cambiando una sola pieza puedes tener dos diseños distintos para dos mercados diferentes y reducir los costes de fabricación. Por ejemplo, cosas como la gráfica integrada o la gestión de periféricos se puede usar del diseño para portátiles al diseño de escritorio de forma rápida y fácil.
Intel unificará sus procesadores de escritorio y portátiles
La máxima en el diseño de procesadores durante los últimos años es el coloquialmente llamado rendimiento por vatio. Sin embargo, muchos habréis observado que existen una serie de potencias fijas en la mayoría de diseños que se encuentran en el mercado, si descartamos las más avanzadas que superan los 100 W y con capacidades de overclocking. En general estas son:
- 9 W y 15 W de potencia para ordenadores ultrafinos para aplicaciones ofimáticas.
- 28 W para los llamados ultrafinos gaming.
- 35 W y 45 W para los portátiles de alta gama.
- 65 W para los PC de escritorio convencionales.
Si descartamos los del primer tipo, el resto suelen usar en realidad el mismo chip. Obviamente bajos sockets distintos dependiendo de si hablamos de portátil y escritorio. Sin embargo, los llamados Intel Core H e Intel Core P son iguales, solo con velocidades de reloj y consumos diferenciados. El caso es que, durante la era monolítica de Intel, el diseño de ambas versiones de un chip era distinta, sin embargo, con la llegada de Meteor Lake como CPU disgregada nos encontraremos que podrán reusar ciertos componentes de un diseño a otro sin tener que hacer dos chips desde cero.
Esto significa que podrán usar el mismo conjunto de chips para ambos mercados. Lo que se traduce en la «desaparición» de los procesadores de escritorio. Claro está que en un portátil se suele soldar el procesador a través de BGA y en escritorio este se conecta a un socket LGA, pero los cambios podrían llevar a la desaparición del socket en las gamas bajas y medias de escritorio. Es decir, la de las CPU a 65 W, lo cual no significa que no vayamos a ver configuraciones convencionales con su zócalo de procesador intercambiable.
¿Una involución o un paso necesario?
El otro día os comentábamos que las torres gaming van a desaparecer, muchos lo malinterpretasteis con la desaparición del mercado de crearte tu propia torre gaming. Más bien nos referíamos a la venta de torres ya construidas de serie, las cuales han ido bajando en ventas paulatinamente en los últimos años y es por ello que es más que probable que estos sistemas acaben desapareciendo a favor de sistemas basados en el hardware de portátil gaming, los cuales serán lo suficientemente buenos para dichas funciones.
Sin embargo, el hecho de colocarlas en modo sobremesa, no significa que veamos su hardware limitado. El hecho de tener la capacidad de colocar fuentes de mayor potencia y sistemas de refrigeración mejores jugará a su favor. Simplemente, veremos procesadores de TDP variable, los cuales dependiendo del diseño industrial del ordenador se utilizará una mayor o menor potencia.
Independientemente de la marca del procesador, cosas como la interfaz PCI Express para los SSD NVMe y la tarjeta gráfica dedicada ya no dependen del chipset. En portátiles una de las grandes diferencias es que tenemos las interfaces para componentes y de periféricos justas. Si existe una unificación, es posible que sigamos viendo placas base con puertos de expansión y puertos, pero no diferencias entre chipsets, sino que veríamos un diseño universal, donde la diferencia entre el modelo de sobremesa y el portátil sería el uso del zócalo y ranuras de expansión en el primero.
Intel ya ha experimentado «secretamente» con la idea
En realidad, desde el momento en que los diferentes chips del procesador irán en un interposer común, el chip que sirve como base para intercomunicar los chips. Intel y AMD pueden crear dos distintos, uno pensado para colocarse en un socket y el otro para verse soldado en una placa de portátil. Serían en principio dos productos distintos, pero realmente toda la línea de fabricación sería la misma, excepto en la parte final.
Ya para terminar y de cara a los procesadores de alta gama, en el diseño solo se tendría que cambiar el chip que integra los núcleos y las cachés por otro de mayor capacidad. Lo cual es lo que parece ser que hará Intel con Arrow Lake, el cual estará dirigido a la gama alta entusiasta, es decir, la de los i7 e i9. Mientras que Meteor Lake podría ser la arquitectura de los i5 e inferiores. En todo caso, todo se resume en la eliminación de duplicidades por parte del mayor fabricante de procesadores de la historia. Todo ello llevará a la «desaparición» de los «procesadores» para escritorio, al menos en las gamas más modestas en cuento a rendimiento.