Una de las principales críticas que ha recibido Windows 11 ha sido el aumento de los requisitos. Y es que, para instalar el nuevo sistema operativo de Microsoft, es necesario tener un PC relativamente moderno, con un procesador de última generación, 4 GB de memoria RAM y, lo más importante, un chip TPM 2.0 en la placa base. Microsoft argumenta que estos requisitos son necesarios para que el sistema operativo pueda funcionar. Pero, ¿realmente es así, o es una táctica de obsolescencia programada?
Aunque todos los años siguen lanzándose al mercado nuevos modelos de procesadores, memorias y gráficas, en realidad la curva de evolución no es tan pronunciada como hace unos años. Sí que hay muchas mejores, pero, si tenemos un ordenador nuevo, la mejora es casi insignificante. Es por ello por lo que un buen ordenador, de sobremesa o portátil, nos puede durar perfectamente 10 años ahora mismo sin problemas de rendimiento. A no ser, claro que una compañía, como Microsoft, nos obligue a cambiarlo.
A raíz de todo esto, muchos usuarios se están encontrando con que, al intentar instalar el sistema operativo en el PC, el propio Windows les devuelve un error indicando que no cumplen con estos requisitos. Los problemas pueden ser, o por usar una CPU antigua, no tener la RAM necesaria, o lo más común, no tener el chip TPM 2.0. En teoría, si no cumplimos esto, Windows 11 no va a funcionar bien. Pero, ¿será cierto?
Windows 11 funciona genial en PCs que no cumplen los requisitos
Todos sabemos que hay formas de saltarse los requisitos de Windows 11. Basta con usar un programa, como Rufus, o bajar una ISO modificada, para eliminar la comprobación de requisitos al instalar el sistema. Pero ¿hasta dónde podemos garantizar que el sistema funciona correctamente)
Un usuario de Reddit ha compartido una captura donde muestra un Windows 11 instalado en un portátil Acer Aspire 7740, un ordenador que tiene más de 12 años y que, además, sigue funcionando como el primer día. Este equipo monta un procesador Intel i5 de primera generación, 8 GB de memoria RAM (que los habrá instalado él) y, por supuesto, no tiene TPM.
Por supuesto, el sistema operativo funciona perfectamente, y recibe actualizaciones a través de Windows Update sin límites ni restricciones. Es cierto que el procesador, para algunas tareas, se queda algo corto. Igual que, imaginamos, tendrá un SSD SATA, pero no podrá instalar un SSD NVMe que es lo que realmente hace volar al PC.
Pero, teniendo en cuenta que se trata de un ordenador lanzado en 2010, poder instalarle Windows 11, y que funcione a la perfección, es, sin duda, una señal inequívoca de que Microsoft ha colaborado activamente en una obsolescencia programada masiva.
Más requisitos para funciones de seguridad… que debes desactivar
Microsoft argumenta el aumento de los requisitos mínimos, y del TPM, por motivos de seguridad. Depende de ellos para poder habilitar la virtualización del SO y algunas funciones de Windows Defender que requieren de ella. Sin embargo, estas funciones de seguridad han estado dando muchos problemas, sobre todo a los jugadores. Y lo más curioso de todo es que estos problemas aparecen en CPUs modernas y soportadas oficialmente por los requisitos. Y la solución que ha dado Microsoft ha sido sencilla: desactivarlas.
Tanto aumento de requisitos, para funciones de seguridad que no dan más que problemas, es el día a día de los usuarios de Windows 11. Y, por ahora, parece que la cosa no va a cambiar.