Las consolas Mini han sido durante un tiempo una forma de conmemorar sistemas de antaño. En el fondo no deja de ser hardware de móvil con una distribución de Linux adaptada, un menú vistoso y unos cuantos juegos clásicos grabados en la memoria del dispositivo. ¿Merece la pena comprar una consola mini oficial de SEGA, Nintendo u otra marca de antaño? ¿Existen otras alternativas? ¿Es mejor el hardware de antaño?
Han llovido unos años desde que Nintendo sacará la NES Classic Mini. Un dispositivo que homenajeaba a su extremadamente popular consola de 8 bits y que resulto un boom tan grande que hizo que otras marcas se sumaran al carro, incluida su rival SEGA. Desde entonces, cada consola mini oficial ha venido cortada por el mismo patrón, en especial por una baja disponibilidad en el mercado. Ya sea en la cantidad de unidades disponibles como el tiempo que estas han estado a la venta. Lo que ha llevado a una enorme especulación durante un tiempo.
¿Qué consola Mini oficial de SEGA o Nintendo es la mejor de todas?
No solo de SEGA y Nintendo, tenemos caso como el Amiga 500 Mini en conmemoración del primer ordenador multimedia de la historia. Aunque en general hemos de aclarar que para nosotros todas esas consolas son decepcionantes. Lo comentamos cuando os hablamos de la Mega Drive Mini 2, pero os lo vamos a resumir:
- Lo mejor sería usar como base del hardware un FPGA, al estilo MiSTER FPGA con la capacidad de simular al hardware original y con cambios en el sistema de vídeo para poder conectarse tanto a un televisor contemporáneo como uno antiguo.
- Si no se pudiese hacer, entonces estaría bien un duplicador de líneas de escaneo al estilo del clásico Framemeister RGB, el OSSC o dispositivos favoritos.
- En muchos casos deberíamos tener la capacidad de cargar juegos adicionales, ya sea a través de una tienda virtual, vía un pendrive USB o con los conectores de los cartuchos originales. Este último caso no se cumple.
- De igual manera, se agradece que repliquen los controladores originales, pero se deberían mantener los puertos originales.
Desgraciadamente, es lo que tenemos y todas son prácticamente idénticas en concepto, sin embargo, si hay una consola oficial mini que destaque por encima del resto, esta es sin duda la primera SEGA Mega Drive Mini. Y sí, sabemos qué tomar una Rasbperry Pi, una TV Box o incluso uno de los mil clones hechos en china de estas consolas. Y quien escribe esto disfruto de las consolas de la competencia en la infancia, simplemente la primera consola homenaje de la compañía del erizo azul tiene mucho mejor catálogo.
¿Merecen la pena?
En todo caso, la única ventaja de escoger una consola mini oficial es el tema de la piratería y por tener un producto de merchandising oficial, fuera de eso no ofrece ninguna ventaja y el hecho de modificar su firmware nos puede llevar a que pierda la esencia original del producto. ¿Nuestro consejo? Si queréis jugar a juegos clásicos de vuestras consolas de la infancia, hay otras alternativas, las cuales son mucho más adecuadas para el día a día. Tanto si simplemente queréis jugar o sois puristas del tema.
Ya para concluir, para cada uno la mejor consola de antaño es siempre aquella que le dio buenos momentos y esto es una experiencia personal de cada uno.