Estamos de estreno en el mundo de los procesadores. Los Intel 'Raptor Lake' de 13ª generación han llegado junto a los AMD Ryzen 7000, y tenemos ante nosotros un nuevo salto en prestaciones. Uno, que, no obstante, implica que al menos en el caso de los chips de AMD habrá que cambiar de placa base. La pregunta es, ¿y cuánto cuestan esas placas base? Pues hay una que cuesta más que muchos PCs del mercado.
Si quieres lo nuevo, prepara la cartera. Varios son los fabricantes que ofrecen ya sus nuevas placas base para los procesadores AMD Ryzen 7000. Esos chips con socket AM5 tienen un rendimiento prometedor, pero si quieres disfrutar de ellos tendrás que pagar un buen dinero por esas placas base: varios modelos de ASUS, Gigabyte o MSI rondan los 480-500 dólares, y aunque desde luego ofrecen prestaciones notables, suponen un duro golpe para quien pensaba que solo tendría que invertir en un nuevo procesador —que ya impone una inversión importante—. Pero espera, que hay más.
MSI MEG X670E GODLIKE. Ese es el nombre —facilito de recordar— de la nueva placa tope de gama de MSI para los citados AMD Ryzen 7000. Estamos ante un producto preparado para los usuarios más ambiciosos, y entre sus características destaca su construcción y aspecto, en el que destacan los gigantescos disipadores y ese diseño en el que el negro y la iluminación dorada quieren mostrar ya de primeras que estamos ante una placa base especial.
Ya, pero qué tiene de especial. La placa tiene cuatro ranuras DDR5 y soporte PCIe 5.0 (tanto en la gráfica como en el slot M.2), pero además tiene un diseño de alimentación de 24+2+1 fases y MOSFETs de 105 amperios (en la versión AM4 había 16 fases y los MOSFET soportaban hasta 70 amperios) que lo prepara no solo para los procesadores de más alta gama, sino para poder hacer con ellos overclocking manual a todo trapo.
Hay además dos conectores de 8 pines para la CPU para asegurar una entrada estable de corriente porque una vez más tener al procesador bien alimentado es aquí el foco absoluto.
Hasta 6 unidades SSD ultrarrefigeradas. En la placa contamos con cuatro conectores muy especiales para unidades SSD M.2. Lo son porque en MSI han creado una carcasa que hace que se acoplen a la perfección sin necesidad del tradicional tornillo que los sujeta a la placa.
Esas unidades están además preparadas para rendir a máxima potencia gracias a esos disipadores de los que hablábamos, pero aún hay más: tenemos la opción de comprar un módulo PCIe 5.0 con su propio sistema de refrigeración que permitirá conectar otras dos unidades SSD más.
Carga tu móvil (y casi tu Steam Deck) desde el PC. El apartado de la conectividad es también protagonista, porque la placa cuenta con soporte nativo de conectividad Ethernet 10GbE y 2,5GbE. Tenemos soporte integrado de Wi-Fi 6E con antena dual, soporte de la banda de 6 GHz y MU-MIMO para lograr transferencias de hasta 2.400 Mbps.
Y por tener, tenemos hasta la opción de tener conectado un puerto USB-C en el frontal de la caja que ofrezca PD a 60 W, potencia más que sobrada para cargar rápidamente nuestros móviles y también para cargar la Steam Deck (su adaptador nativo esd e 65 W).
Pantalla táctil para controlarlo todo. Y como controlar todo ello desde el PC igual no es suficiente, tenemos la M-Vision Dashboard, una pequeña pantalla táctil LCD de 4,5 pulgadas que informa de todos los parámetros y permite configurarlos de forma sencilla. Y de paso mostrarnos el tiempo, la hora o el control multimedia.
Y todo por el módico precio de... 1.299,99 dólares en tiendas de Estados Unidos, veremos aquí: una versión algo inferior, la MSI MEG Z690 GODLIKE está a 2.662 euros, por ejemplo. Unos precios muy elevados que probablemente solo unos pocos usuarios estarán dispuestos a pagar. Si lo hacen, eso sí, tendrán en sus equipos una placa realmente llamativa y capaz. La opción, eso sí, está ahí, como también (afortunadamente) habrá otras más asequibles. De todo, para todos.